El COVID-19 tiene un sabor particular. Sino lo sabes es porque quizá no te ha dado y es de las peores sensaciones que uno puede tener en la vida. Es sintético. Saturado. Sabe a plástico, a poroplas. Vacúnate hoy si puedes. Si te infectaste pide ayuda ya, que te vea tu médico o el de un hospital. Tú silencio podría ser muy costoso para vos y tu familia. Esto me pasó a mí el 4 de julio de 2021
Tengo COVID-19 y el paladar me sabe contaminado. A enfermedad nueva y rara, a sobre saturación, a plástico quemado. A sabor sintético forzado. A vapor de cloaca urbana evaporándose. A humo y aliento quemado por exceso de nicotina pero con notas mucho más bajas, largas y pronunciadas. Se quedan en la memoria del paladar porque es una sensación nueva. Es como que te hayan suprimido el sentido del gusto. Apaleado. Y aunque muchos dicen que no sabe a nada a mí me sabe a rayos.
Esto es traicionero. Podrías sentirte bien y creer que todo está bajo control pero es una enfermedad viral sumamente rápida y en días te podés complicar como me pasó a mí. Si estás en algunos de tus sentidos, aunque sientas que no lo necesitas, ¡pide ayuda ya! Y gracias a quienes cuidaron cada segundo de mí, el amor y la atención son medicinas tan vitales.
Sensaciones. La cabeza y los pulmones pareciera que te la llenan de aire. Poco a poco se van saturando, como cuando te has excedido en comida por gula y decadentemente tu estómago lleno empieza a sentir tilinte. A reventar. Como cuando llenás un neumático de llanta y que en cualquier momento sabés que explotará. Así se siente la cabeza y los pulmones.
Complicación silenciosa. Y así, van bajando tus signos vitales. Acaparados por esos millones de virus de cuerpo coronado y extraño que se reproduce de a millones en tus pulmones. Buscando poder. Apoderándose de tu cuerpo. Haciendo de tus pulmones un pantano lleno de podredumbre de sapos y culebras, en algo negro, como un zuampo podrido, con olor a fétil y que sabe a contaminación urbana. A aire tóxico de ciudad. A neumonía ya.
Y de vez en cuando, sentís cómo se va pasando a otras partes de tu cuerpo. La espalda. Los riñones. Uno que otro jincóno calambre, si no tenés ningún padecimiento crónico, instalada la neumonía en tus pulmones, sin el tratamiento adecuado te podés morir. Sentirás un frío congelante durante los momentos de fiebre. Será peor si sigues callado.
Los gastos. En Nicaragua, requerirás todo tipo de exámenes. Pruebas de PCR, PHC, Ferritina. Placas de pulmón tipo PA de tórax. Resonancias magnética de pulmón. Citas médicas. Medicinas: protector estomacal, esteroides, anticoagulantes inyectados, antihongos pulmonares, antibióticos de última generación si tienes el privilegio. Tendrás que tomar vitamina C, D y zinc. Deberás tener alcohol hospitalario siempre, mascarillas, un tanque de oxígeno a la mano con sus boquillas y reguladores. Oxímetro y termómetro digital para monitorear. Deberás sanitizar tu casa varias veces.
Comerás en bajilla descartable. Estarás aislado por protección a quienes amás. Tu alimentación tendrá que ser especial. Y serás el contagiado. La persona de la que se deben cuidar. La cuenta de barato te podría superar los US$10,000 dólares o mucho más si te complicás.
Las ganas de dormir y quedarte en cama irán aumentando. Se te cerrará el apetito aunque debas comer. Te irá envolviendo. Pero debes romper ese ciclo. Y tienes que pedir ayudaaunque creas que no la requieres. Qué te vea tu médico o que te lleven al hospital. ¡El silencio te puede matar!
Nueva oportunidad. Si no te has sobre expuesto, no sabrás cuando lo contrajiste. Y no perdás tiempo pensando en eso. Total ya estás infectado. Mantén una actitud positiva y no entres en dramas innecesarios. Lo único que necesitas hacer es descansar para ver la luz. Medita. Entra en paz interior. Podrás pasar dos o cuatro semanas en este proceso. Únicamente lo dirá tu cuerpo, la suerte y tiempo. Y por supuesto la voluntad de Dios, porque en las noticias sólo verás más estadísticas de reportes, de la fuerza del virus y de aquellos que cayeron en su batalla silenciosa sin amparo y fuertes buscando por algo tan invisible, intangible y gratuito como el oxigeno para el cuerpo.
Vacuna y alerta. Si puedes vacunarte hazlo a la brevedad. Sino tendrás que esperar al menos tres meses después que te infectaste. Y ojo con reinfectarte. La variable Delta, OMICROM o cualquier otra podría ser letal. Con o sin vacuna. No juegues con tu vida. Esto es real. No provoqués a la muerte.